1 Loncha jamón serrano
4 Dientes de ajos
Caldo de pollo
Aceite de oliva
Sal y pimienta
1 Huevo por persona
Pimentón
La sopa de ajos típica castellana, es un poco más humilde que nuestra sopa de ajos feriante ya que solo contiene pan, ajos, pimentón y aceite de oliva, en algunos lugares está relacionado con la cuaresma, pero que viene muy bien en cualquier época del año, ya que todos sus ingredientes solemos tenerlos por casa.
Ponemos a calentar en una olla el caldo de pollo, que preparamos con unos huesos, apio, puerro y zanahoria, o el sobrante del puchero ese que tenemos congelado, pero se puede hacer también con agua.
Cortamos el pan del día anterior en rebanadas no muy gruesas, le quitamos la corteza y lo hacemos en trozos.
En una sartén grande con fondo, ponemos el aceite de oliva a calentar, se fríen los ajos laminados para que queden doraditos, con cuidado de que no se nos quemen y a continuación ponemos el pan, que removemos continuamente para que se fría un poco junto con el ajo.
Apartamos del fuego, retiramos el aceite sobrante y entonces añadimos la cucharadita de pimentón, removemos muy bien, de esta manera no se nos quemara y no amargueara luego la sopa.
Incorporamos el jamón serrano picadito y seguimos removiendo para que se junten todos los sabores.
Llevamos de nuevo al fuego y ahora es el momento de añadir el caldo caliente, ponemos el fuego bajito con el fin de que no hierva, removemos un poco con cuidado de no romper mucho el pan y dejamos cocer a fuego lento unos 10 minutos, sí ves que se seca un poco añades más caldito.
Comprobamos de sal, ten en cuenta que el caldo cuando lo hicimos ya llevaba y el jamón también sala un poco, así que rectificas en este momento si es necesario, cascamos un huevo por comensal en la sopa.
A continuación ponemos un par de vueltas de pimienta molida por encima de la sopa.
En cuanto este cuajada la clara del huevo apartamos, nos interesa que la yema quede liquidita para que cuando la sirvamos en el plato podamos mezclarla con la sopa.
Lista para servir en el plato y a comerla bien calentita!
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