Los ingredientes necesarios:
Aceite de oliva
Sal
Sal
Para hacer esta receta lo ideal es prepararlo con un día de antelación ya que se puede guardar en el frigorífico sin ningún problema.
Primero de todo ponemos el horno en marcha a una temperatura de 180º - 200º aproximadamente y con la bandeja a medio nivel, aunque el sabor de los pimientos si lo hacemos directamente al carbón no tiene color.
Lavamos
muy bien los pimientos bajo el grifo de agua fría, así eliminamos restos de
arena y productos químicos que pueden traer.
Los
colocamos en una fuente forrada de papel de aluminio, los rociamos con aceite
de oliva, sal y dejamos asar hasta el punto que la piel tan roja se vuelva un
poco oscura o incluso negra, en el horno les debemos dar la vuelta cada rato.
Cuando
tome ese color sácalos, si lo ponemos en un recipiente cerrado o en una bolsa
de plástico se pelaran mucho mejor.

Déjalos enfriar y quítales suavemente la piel tirando de ella, límpialos bien de semillas.
Córtalos
en láminas de un tamaño medio.


Reservamos
en un recipiente y vertemos el jugo de la bandeja.
Ya
por último alíñalos a tu gusto, un buen aceite de oliva virgen extra, vinagre de Jerez, cebolleta y unos langostinos, tambien van muy bien con ventresca de atún y huevo duro.
Removemos
y dejamos enfriar, listo para comer!
Podemos
alternar los pimientos rojos con los verdes, incluso amarillos y así
obtendremos una ensalada multicolor.
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